Momento de conocer un poco más en profundidad a la mujer que hay detrás de la doctora Maribel González Martín (Sevilla, 1972), directora de la Clínica Dental Imagen y dentista especializada en cirugía oral. Amable, trabajadora y con las ideas bien claras. Comprometida con su labor y, como ella misma reconoce, muy satisfecha con su vida. Es sorprendente la cercanía y confianza que desprende. Y siempre esbozando una bonita sonrisa.
- ¿Cómo te definirías?
- Extrovertida, apasionada y muy perfeccionista.
- ¿Por qué decidiste dedicarte a esto?
- Siempre me había llamado la atención la medicina, pero los años de carrera y la manera de poder optar a la especialidad me causaban desaliento. Cuando llegó el momento de decidir, me enteré de que habían creado la carrera de odontología en Sevilla. Al analizar el plan de estudios, me encantó descubrir un primer ciclo que era puramente de medicina y un segundo, propiamente de odontología. Me adentré en este mundo con mucha ilusión, pero sin saber muy bien cómo era. Poco después, el descubrimiento de la asignatura de cirugía oral y maxilofacial cambiaría mi vida para siempre.
- ¿Crees que eres una buena dentista?
- Me considero una persona comprometida con mi profesión. Estoy muy preocupada por la formación y mejora continua. Soy tremendamente responsable con los tratamientos que ofrezco a mis pacientes.
- ¿Cuál es la mayor aptitud que debe tener un odontólogo?
- En estos momentos, la ética. La profesión se ha deteriorado por la incorporación de las franquicias y por la masificación de las universidades.
- ¿Cómo ves la salud bucodental en nuestros días? ¿Ha avanzado mucho el sector?
- La salud bucodental en nuestros días está prostituida por las franquicias dentales. Están consiguiendo contaminar la profesión y a los profesionales. En cuanto al avance, la tecnología asociada a la odontología ha dado un salto cualitativo importantísimo. Esto nos permite hacer mejor nuestro trabajo, mejora la calidad de nuestros diagnósticos y, a la postre, de nuestros tratamientos. Y en lo referente al control del dolor, hemos conseguido normalizar la utilización de la sedación, consiguiendo erradicar en algunos tratamientos la necesidad de la anestesia. Y en otros, la combinación con la sedación, la presentan de una manera mucho menos traumática.
- ¿La salud oral está presente en las vidas de las personas?
- La salud bucodental está presente en las vidas de las personas porque tiene repercusión general sobre el resto del organismo, y esta información está cada vez más difundida. De este modo, debemos saber que una enfermedad periodontal descontrolada puede provocar desde un parto prematuro hasta una enfermedad cardiovascular.
- En tu opinión, ¿la odontología se comunica bien?
- La odontología se comunica mal porque su mayor canal de comunicación es a través de la publicidad que hacen las franquicias. Estas dirigen la información hacia su interés comercial y no hacia la salud bucal de los pacientes. Nadie se preocupa de informar a los pacientes de los tratamientos, pero sí de los presupuestos. La salud no debería ser un elemento para mercadear, la salud no debería tener precio.
- Como clínica, ¿qué crees que os diferencia de las demás?
- Sobre todo, nuestros códigos de ética, profesionalidad, formación y responsabilidad con la sociedad. Llevamos 25 años ejerciendo una odontología de calidad y muchos de nuestros pacientes así nos lo avalan. Es un orgullo que reconozcan nuestra buena praxis y confíen en nuestro saber hacer. Para conseguirlo, hay que realizar las cosas bien, preocuparse por la felicidad de los otros y velar por su salud y confort, sin importarte la cifra final de facturación de la consulta. También invertimos mucho en nuestra formación. Estamos obligados a actualizarnos permanentemente para no quedarnos obsoletos en nuestros procedimientos. Esta profesión cambia a un ritmo vertiginoso y nuestro deber como profesionales sanitarios es dar el mejor servicio a nuestros pacientes. Para eso hay que estudiar mucho, seguir haciendo cursos, asistir a congresos y sacrificar mucho tiempo de ocio para invertirlo en ofrecer el mejor servicio. Cuando te dedicas a esta profesión y te apasiona como nos apasiona a nosotros, los sacrificios son menos sacrificios y la satisfacción del deber bien hecho es nuestra recompensa.
- ¿Cómo se puede hacer frente a la competitividad de las grandes cadenas de clínicas dentales?
- Es bastante difícil, una consulta privada no cuenta con los medios económicos que disponen las grandes cadenas de clínicas dentales. Para nosotros es mucho más complicado darnos a conocer. No podemos hacer anuncios en cadenas nacionales ni contratar a personajes de gran relevancia para que avalen nuestros tratamientos, aunque sean mentira. Tenemos que trabajar día a día con nuestros pacientes. Ellos son los que recomiendan a sus familiares, amigos y conocidos la calidad de nuestros servicios.
- ¿Crees que es razonable buscar ofertas para nuestra boca?
- Me parece un error grandísimo. Siempre hay diferentes técnicas de tratamiento con diferentes importes económicos para que el paciente se ajuste al presupuesto que más le convenga. Pero arriesgarse a ser tratado por compañeros con escasa experiencia me parece un desatino. Muchos de los trabajadores en estas clínicas franquiciadas son recién licenciados, soportan mucho estrés por escaso salario y ejercen, en algunos casos, en condiciones de dudosas salubridad. En estos casos las normas vienen impuestas por personas que no son del sector odontológico y que solo miran por los intereses económicos.
- ¿Cuál crees que es la clave para que una clínica lleve 25 años ofreciendo sus servicios?
- La clave es hacer las cosas bien. Si tratas a todos los pacientes como si fueran de tu propia familia, difícilmente puedes hacer algo indebido voluntariamente. Claro está que todos somos humanos y, a veces, es imposible no cometer errores. Pero luchamos, nos preparamos y nos esforzamos a diario por dar lo mejor de nosotros, por ser un equipo profesional, unido y que trabaja a gusto y feliz.
- En la consulta, ¿cuál es la pregunta más frecuente? ¿Y la más extraña que te han hecho?
- Evidentemente, la más frecuente es si me va a doler. Es algo que casi todos preguntan cuando llegan por primera vez a la consulta. Pero solo lo hacen una vez. Nuestros pacientes no la vuelven a formular nunca más. Les demostramos con hechos que nuestra odontología no duele, que nosotros no hacemos daño y que cuidamos mucho este detalle. La pregunta mas extraña es qué tinte usas para tu pelo…
- En lo referente a salud bucodental, ¿hay modas? ¿Qué te parecen?
- Las modas hay que dejarlas para la ropa. Nosotros tenemos que proponer nuestros tratamientos basados en una evidencia científica. No podemos probar aquello que los comerciales del sector nos ofrecen sin que exista una bibliografía seria e independiente que nos lo demuestre. Es muy frecuente ver en el mercado productos de escasa o nula evidencia y que los registros sanitarios den su visto bueno a su difusión. Me parece un tremendo error y, por supuesto, está totalmente prohibido hacerlo en nuestra clínica.
- ¿Qué papel juega la ética en el ejercicio profesional de la odontología?
- Lo juega todo. Es la base de todo, la esencia de todo y la gran lacra que está destruyendo nuestra profesión. Deberíamos preocuparnos más por formar a nuestros jóvenes con unos valores serios y bien asentados. Solo así tendrán el suficiente criterio de decidir qué está bien o qué está mal.
- Dinos la verdad: ¿le tienes miedo a los dentistas?
- Para nada, me siento totalmente relajada porque sé perfectamente qué me van a hacer y quién me lo va a hacer. La información y la confianza son necesarias para vencer nuestros miedos. También es cierto que, salvo por las limpieza anuales y los varios empastes que tengo hechos, no necesito afortunadamente ir mucho al dentista. Tengo una higiene escrupulosa porque sé que es fundamental para prevenir problemas bucales.
- “Tú que te mereces un príncipe, un dentista”, cantaba María Jiménez con La Cabra Mecánica. ¿Casarías a tu hijo con un odontólogo?
- En mi caso son niñas. Dos soles que me iluminan la cara todas las mañanas cuando me dicen te quiero y me dan un beso para irse al colegio. Espero darles los valores necesarios para que sean capaces de elegir a la persona mas adecuada para ser felices. Preferiría la medicina antes que la odontología, quizá por una frustración personal, pero respetaré aquello de decidan en todas las facetas de su vida.
- ¿Cómo ves el futuro de la odontología?
- Ciertamente incierto. No sé si las franquicias seguirán produciendo una destrucción de nuestra profesión, pero lucharé con todas mis fuerzas por conseguir que no sea así. Mi profesión me apasiona demasiado para rendirme, así que haremos frente a cuantas adversidades se presenten y saldremos airosos de todas ellas. Porque con tesón, cariño y ganas se consigue todo en este mundo.
PLANO CORTO
Una razón para ir al dentista: la salud. Los problemas bucales tienen repercusiones sobre el resto de tu organismo.
Lo que te hace sonreír: mis hijas, mis amigos, mi equipo también muchas veces. La vida en general.
Tu mayor osadía en la vida: no soy muy osada, me gusta tener las cosas bajo control y cuando me meto en algo osado tengo pensada las consecuencias.
Una manía: el perfeccionismo. Un problema para mi equipo porque también se lo exijo a ellos.
Un personaje histórico: en mi profesión el profesor Branemark, descubridor de la osteointegración, el mejor invento en la odontología de la historia.
Un superpoder: volar, mi sueño seria poder volar como los pájaros. ¡Qué guay!
Tu diente favorito: nunca lo he pensado pero creo que el primer molar inferior derecho, el 46, como le llamamos nosotros.
El paciente ideal: aquel que te deja trabajar, que se sienta tranquilamente en el sillón, se relaja y te deja hacer tu trabajo lo mejor que sabes.
Algo perfecto para hincarle el diente: un trozo de chocolate, pero después hay que lavarse los dientes para no tener caries.
Lo mejor de tu profesión: la satisfacción de devolver la sonrisa a los pacientes y las ganas de comer. Cuando un paciente llora al enseñarle su aspecto final en un espejo, no existen palabras para explicarlo.
La clave para una sonrisa perfecta: no importa que sea perfecta, lo que importa es sonreír. Pero si la quieres perfecta, cuídala mucho.
La Clínica Imagen, en dos palabras: mi vida.
2 comentarios
Hoy, 25 de Julio de 2022, he ido por primera vez a esta clínica y me ha sorprendido la profesionalidad y humanidad de la doctora y su equipo. Y todavía no he comenzado. Me parece sensacional, muy sincera y perfeccionista.
Ya os diré los resultados.
Muchas gracias Pepa!! intentamos dar siempre lo mejor para que nuestros pacientes se sientan como en casa 🙂