La salud no es como cambiar los pastelitos de la pantera rosa por los de marca Hacendado, los bolsos de la tienda de Prada por su réplica en el top manta o reponer el menaje del hogar con cosas del chino de la esquina. No. No vale ni escatimar ni hacer remiendos.
El mensaje es claro: en salud dental huye de las franquicias y sus precios bajos.
Sí, lo sabemos. Los tratamientos de odontología no son algo barato, aunque actualmente la mayoría de las clínicas cuentan con cómodos planes de financiación que acercan una salud de calidad a más público. Opta siempre por un dentista de confianza. Por una clínica dirigida por un profesional de la odontología con experiencia.
¿Por qué? Es sencillo. Un odontólogo con la titulación y formación adecuada no es un empresario. Es un responsable de salud conocedor de los riesgos que suponen las técnicas negligentes, como el abaratamiento de los materiales o la rentabilidad del tiempo que cada paciente pase en la consulta. Para el dentista profesional, la salud está por encima de eso. Primero está el bienestar de las personas. Sin embargo, la mayoría de las clínicas franquicias, estan dirigidas por empresarios. Personas de números que solo perciben que juegan con eso: números. El día que las cuentas no cuadren, se echa el cierre como se cierra un bar que no vende. Y te quedas con el tratamiento a medias como con las ganas de volver a probar la carrillada que ponían.
De hecho, esto fue lo que le pasó a los pacientes de los dos casos más sonados de estafa por parte de franquicias de este tipo en España. Los de Vitaldent e IDental. El primero, implicados en un escándalo de blanqueo, y no de dientes precisamente. Y los segundos, la franquicia con más pacientes en España y la que más reclamaciones por tratamientos mal efectuados genera. Pérdida de piezas, caída de implantes e incluso casos dejados a medias. ¿Que solo cobran 1.000 euros por arreglar una boca? Pues cuidado con no terminar sin boca y sin los 1.000 euros.
Para la doctora Maribel González, al frente de Clínica Dental Imagen y con más de 25 años de experiencia, buscar ofertas en este terreno es «un error grandísimo». La doctora explica que «siempre hay diferentes técnicas de tratamiento con diferentes importes económicos para que el paciente se ajuste al presupuesto que más le convenga. Pero arriesgarse a ser tratado por compañeros con escasa experiencia me parece un desatino. Muchos de los trabajadores en estas clínicas franquiciadas son recién licenciados, soportan mucho estrés por escaso salario y ejercen, en algunos casos, en condiciones de dudosas salubridad. En estos casos las normas vienen impuestas por personas que no son del sector odontológico y que solo miran por los intereses económicos«.
Recuerda, tu salud no tiene precio.