Los niños son auténticas esponjas. Los absorben todo. Lo bueno y lo malo. Pueden aprender a arreglar cosas, a hacer la comida, a hablar o comportarse como mamá y papá. Puede darles por practicar el mismo deporte en el que destaque su atleta favorito. O pueden desarrollar un perfecto acento de Burgos de tanto ver Dora la exploradora.
Tenemos por tanto aquí una gran oportunidad de inculcarle buenos hábitos y maneras. Y no deberíamos desperdiciar esta situación no enseñandoles buenas prácticas de higiene bucodental. Recuerda que como padre o madre eres uno de sus principales modelos a imitar y que esto, bien utilizado, juega una gran ventaja a tu favor y la de los más pequeños. ¿Cómo puedes hacerlo? ¡Ahí van algunos consejos!
1. No les mandes, que lo vean. Es muy frecuente preguntar a nuestros hijos si se han cepillado los dientes y ordenarles que lo hagan en caso de que no. Es mejor si detrás de cada comida, al levantarte de la mesa, anuncias que vas a lavarte los dientes y los invitas a ir contigo.
2. Citas dobles en el dentista. Aprovecha tu próxima revisión o visita a tu dentista para que tus hijos tengan su primer contacto con una clínica dental. Si ven que es algo natural para ti, empezará a serlo para ellos.
3. Presume de sonrisa. Si tienes una salud dental cuidada, y esperamos que así sea, no dudes en contarle a los más pequeños qué ventajas te ha traído gozar de una sonrisa sana y cuidada.
4. Utiliza productos de higiene complementarios. A partir de sus primeros dientes definitivos, es bueno que se acostumbren al uso de hilo dental o enjuagues bucales. Si te ven usarlos con frecuencia, puede que ellos acaben haciendo lo mismo.
5. Evita los malos hábitos. Al menos en su presencia. Tomar café o el consumo de tabaco son grandes enemigos de la salud bucodental. Lo malo no necesitan imitarlo.
Recuerda, no desperdicies estos años para convertirte en un buen ejemplo de higiene dental para tus hijos. Cuidar la salud de tu boca hoy es cuidar la de ellos en el futuro.