Dolores en el pie (I): qué son, diagnóstico y tratamiento.
El dolor de pies es uno de los dolores más comunes entre la población. Cada vez son más las personas que se aquejan de un dolor o molestia muy intensa en esta zona de nuestro cuerpo, por lo que ven limitada su vida diaria.
El pie se puede dividir en tres zonas: retropié, parte media y antepié. Cada una tiene patologías diferentes, y, por tanto, se manifiestan y se tratan de formas también diferentes. Con este artículo, empezamos una nueva serie: dolor en el pie: qué son, diagnóstico y tratamiento.
Hoy, trataremos alguna de las patologías que pueden darse en el antepié: lesiones querastósicas por inducción mecánica y el mal perforante plantar. El antepié abarca la zona de los cinco huesos metatarsianos y las falanges del pie.
Las lesiones queratósicas por inducción mecánica no son otra cosa que los callos o las callosidades, tan conocidas por todos, que afectan a una gran cantidad de la población y con bastante frecuencia. Sobre todo, se dan en la zona plantar metatarsal, pudiendo afectar a uno de los metatarsos, a varios, incluso a todos.
Pero… ¿sabemos qué son? De forma muy básica, podemos decir que son engrosamientos de la capa más superficial de la piel que se da por un aumento de células muertas y descamadas, y que se manifiesta como una parte de piel endurecida, seca, amarillenta y sin borde definidos. Dependiendo de las causas de aparición, tendrán un aspecto diferente, lo que está estrechamente relacionado con la fase de la marcha en la que se den.
Los motivos por los cuales aparecen son variados, y siempre se tendrán en cuenta los factores intrínsecos y extrínsecos de cada paciente. Además, según la zona donde aparezcan o a la que afecten, se pueden justificar por distintas formas biomecánicas, es decir, por diferentes motivos relacionados con la marcha. Por ejemplo, el uso de calzado inadecuado, la incorrecta forma de pisar, la presencia de deformidades en el pie o el sobrepeso son factores que contribuyen a la aparición de callosidades.
¿Y cómo se tratan? Será el podólogo quien determine el tratamiento a seguir en función de cada caso, del aspecto de la lesión, de los factores de la persona… Pero, de forma general, se aplicará el tratamiento de quiropodia y un estudio biomecánico.
- Quiropodia. A través del deslaminado, se elimina la acumulación de células dérmicas muertas de la zona del pie. ¡Tenemos una entrada de blog explicando el tratamiento completo!
- Estudio biomecánico. Se realiza esta fase del tratamiento para determinar las causas de aparición de dichas “durezas”. Este estudio se hace a través de la plataforma de presiones, que permite conocer los puntos de mayor presión al caminar y, por tanto, elaborar unas plantillas totalmente personalizadas y adaptadas a cada paciente para reequilibrar las cargas. Así, por un lado, intervenimos la causa de aparición y, por otro, prevenimos futuras apariciones.
Caso particular: las personas con diabetes. Este tipo de lesiones, pueden agravarse en las personas con diabetes, pudiendo llegar a causar una herida más profunda que recibe el nombre de “mal perforante plantar”. Esto es un tipo de úlcera neuropática que se presenta en zonas de sobrecarga en la planta de los pies, siendo la más lenta de cicatrizar, que requiere de curaciones y controles constantes con su médico tratante. Pero, además, lo que puede parecer una simple dureza, puede agravarse tanto hasta llegar al punto de ser necesaria la amputación del miembro. Por ello, es muy importante que los pacientes diagnosticados con esta enfermedad acudan periódicamente al podólogo para una revisión.