Es sabido que durante el embarazo el cuerpo sufre una serie de cambios hormonales que pueden influir en el estado habitual de la cavidad bucal. Sobre este tema, existen muchas creencias populares. Algunas más ciertas que otras. Pero que, en general, jamás pueden condicionar las acciones de la mujer. Hay que dejar a un lado los mitos, ya que solo sirven para confundirnos, y actuar racionalmente para presumir de una inmejorable salud bucodental.
Durante los nueve meses de gestación, las futuras madres deben concienciarse y cuidar, más si cabe, del estado de sus dientes. Hay que evitar cualquier infección posible, pues, en un caso grave, podría afectar a la salud del feto. De cualquier manera, lo primero que hay que hacer es acudir al especialista y ver en qué situación se encuentra la salud dental. La revisión es la mejor prevención. Además, sería aconsejable realizar visitas trimestrales al odontólogo. Aunque, si esto no fuera posible, al menos que se realizase un examen oral entre el cuarto y sexto mes de embarazo.
Todos los cambios son naturales, propios del estado por el que está pasando la mujer. No se pueden controlar, pero sí evitar que ciertas patologías se conviertan en problemas mayores. En primer lugar, es necesario prestar mayor atención a la higiene dental. Si no la cuidamos, es probable que vaya acumulándose placa bacteriana en la boca y, por consiguiente, se dañe el esmalte y aparezcan caries. Un pequeño descuido se puede pagar muy caro. Por eso es aconsejable un cepillado riguroso, el uso de colutorios y de seda dental tras ingerir cualquier tipo de alimento.
Esto está muy vinculado a la mayor sensación de apetito que padece la embarazada. Los cambios dietéticos, normalmente acompañados de un importante estado de ansiedad, son peligrosos si no se controlan. Consumir una mayor cantidad de alimentos dulces y picotear entre horas puede pasar factura al estado de los dientes. De este modo, además de ser estrictos con la limpieza oral, hay que mantener una alimentación equilibrada y saludable.
Otro factor a tener en cuenta son las nauseas, ya que el ácido del estómago puede erosionar el esmalte y provocar daños más importantes. Asimismo, durante los meses de gestación suele ser normal la inflamación, enrojecimiento y sangrado de encías. Síntomas que provocan grandes molestias en la mujer. Este problema, si no se coge a tiempo, puede desencadenar en un problema de gingivitis o, incluso, de enfermedad periodontal. En caso de sufrir estos síntomas, lo recomendable es acudir de inmediato al especialista, ya que estas patologías se han llegado a relacionar con un mayor riesgo de partos prematuros o niños de bajo peso.
Dicho todo esto, queda claro que durante esta etapa sería acertado mantener unos cuidados especiales de la boca. No hay que temer al dentista. Los tratamientos y medicamentos odontológicos son perfectamente compatibles con la lactancia y el embarazo. En Clínica Dental Imagen miramos por la seguridad y el buen estado de ambos. Mimamos y buscamos la solución más adecuada para el paciente. Queremos que un momento tan feliz sea recompensado con una bonita y sana sonrisa.