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Odontofobia, un miedo con los días contados

Ni la aracnofobia, ni la efebifobia, ni la antrofobia, la basofobia o la xantofobia dan tanto miedo y son tan comunes como la que aqueja a nuestra noble e indolora profesión, la odontofobia.

Como habrás deducido o ya sabrías, la odontofobia se define como «la emoción persistente del miedo al dentista». Para las fobias mencionadas al principio vas a tener que buscar la definición, aquí nos ocupa solo esta última. Pero ¿qué tienen todas en común? Una palabra que probablemente hayas pasado inadvertida: son emociones. Y como tales, son irracionales.

La mayoría de las fobias no tienen ningún tipo de motivación o experiencia negativa, otras pueden explicarse por alguna experiencia traumática.

Reconozcámoslo. Pese a que las cosas han avanzado y cambiado mucho, la odontología cuenta con uno de los miedos más extendidos. El miedo al dentista. Y esto se debe a que hubo un tiempo en el que podía justificarse. Antes de la tecnología, los sistemas de anestesia y otras mejoras en los tratamientos, sí se trataba de una experiencia traumática. A estas alturas, y dado el cambio radical que ha dado esta profesión, podríamos hablar de un miedo heredado y, por lo tanto, en la inmensa mayoría de los casos, irracional. Pese a ello, si acudes a un profesional de confianza y le cuentas sobre tu miedo te preguntará si has vivido algún episodio que lo motive. Y tu respuesta problablemente sea que no.

¿Tienes miedo al dentista? Pues pregúntatelo.

Ya, ya. Lo sabemos. Por mucho que te digamos, un miedo es un miedo. Es irracional y, por lo tanto, no tiene demasiado sentido intentar quitarlo con razonamientos. No importa. Tenemos un truco.

¿Has oído hablar de la sedación cosciente? ¿No? Pues es tu nueva mejor amiga. Se trata de una inducción a la relajación mediante la inhalación, sin pinchazos ni nada, de óxido nitroso. Esta técnica de la que Clínica Dental Imagen es pionera, elimina por completo la sensación de nerviosismo y miedo del paciente, haciendo que, literalmente, ni se entere del proceso.

Puedes probarlo. Si te aplicamos la sedación consciente y continúas con miedo, puedes levantarte e irte, lo prometemos. Hemos eliminado el miedo al dentista –la odontofobia– de nuestros pacientes. El resto de miedos son cosa de otro. 

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